El 28 de junio de cada año, las calles de miles de ciudades en el mundo se llenan de banderas de arcoíris y de personas que de forma alegre y colorida reivindican su derecho a amar y disfrutar su sexualidad de forma libre e igualitaria. Y es que desde 1969 se celebra en esa fecha el Día Mundial de la Diversidad Sexual, en el que las organizaciones LGTB reclaman sus derechos a ser diferentes.
En esta fecha más popularmente conocida como Día del Orgullo Gay, los colectivos de lesbianas, homosexuales, transexuales y bisexuales de todo el mundo exigen el respeto por las diversas formas vivir la sexualidad, para que la diferencia no signifique “exclusión” sino tolerancia, libertad, igualdad de derechos. La noción de “orgullo” hace alusión a que ninguna persona debe avergonzarse u ocultarse por su sexo, identidad u orientación sexual.
Esta actividad mundial surgió en 1969 en conmemoración de las protestas que un año antes habían protagonizado grupos de travestis y homosexuales en Nueva York ante los violentos hostigamientos recibidos cotidianamente. Desde aquel verano emblemático en el activismo por los derechos LGTB (coincidente con los movimientos feministas de liberación), las principales ciudades del planeta son sede de estas marchas multitudinarias.
Además de las celebraciones en las distintas localidades, en Europa se realiza una gran marcha central, la Europride, eligiéndose una ciudad sede diferente cada año a la que han llegado a concurrir casi dos millones de personas. No obstante, el continente con más convocatoria es el americano, siendo Sao Paulo la ciudad con el Orgullo Gay más multitudinario, con unos tres millones de asistentes. Las marchas en Estados Unidos se denominan Pride Parade, siendo la de San Francisco la de mayor magnitud.
Un día de reivindicaciones por derechos permanentes
La reivindicación en las calles es para el Movimiento LGTB una forma de tomar visibilidad en cada una de las ciudades, ante la mirada predominantemente conservadora de una sociedad heterocéntrica. Representantes de varios colectivos del mundo afirman que año a año es mayor la apertura y aceptación de la diversidad sexual, a lo cual contribuye en gran parte este tipo de eventos. También es mayor, año a año, la asistencia de personas a estas marchas y celebraciones, incluyendo la de heterosexuales que también defienden la diversidad sexual como una forma de vida que conduce a una sociedad más libre, justa y democrática.
Las reivindicaciones de cada celebración asumen diferentes consignas y reclamos según las situaciones de los derechos LGTB en cada país. El matrimonio igualitario, la adopción homoparental y el respeto de la identidad sexual de los transexuales son algunas de las demandas en pos de derribar de las prácticas discriminatorias presentes en muchas legislaciones. Los cambios jurídicos son un campo de acción incesante del Movimiento LGTB, como catapulta hacia una sociedad con igualdad de derechos para todos sin importar las preferencias sexuales.
